miércoles, 6 de octubre de 2010

EL ABSOLUTISMO


“El soberano del Estado (absolutista) tiene con respecto a sus súbditos solamente derechos y ningún deber (coactivo); el soberano no puede ser sometido a juicio por la violación de una ley que él mismo haya elaborado, ya que está desligado del respeto a la ley popular.”

Norberto Bobbio, Nicola Matucci y Gianfranco Pasquino. Diccionario de Política, México, Siglo Veintiuno,1998, p. 109.

El absolutismo es una forma de gobierno donde el poder reside en una única persona, por tanto, no rinde cuentas al parlamento o los representantes de la sociedad en general. Este modelo de poder ejercido plenamente durante el siglo XVI y hasta la primera mitad del siglo XIX cuando la revolución parlamentaria con la voz de la ilustración modifico la organización política, económica y cultural que inició la Edad Contemporánea.

Los orígenes del absolutismo tiene lugar en Francia, donde se desarrollo la teoría del derecho divino: Dios con su representante en la tierra, el Papa, nombra en el gobierno absolutista al heredero al poder por derecho divino.

Por lo general, el rey absolutista mantiene un trato paternal con el pueblo, aunque también muestra su despotismo cada vez que lo consideraba necesario. Se le atribuye frecuentemente la frase "L'État, c'est moi" "yo soy el Estado", "yo soy la ley" a Luis XIV, el Rey Sol, que reinó desde 1643 a 1715. Más allá de que el poder se centralice en una única persona, el régimen absolutista cuenta con burócratas y funcionarios públicos que se encargan de la administración de los bienes de las leyes ejercidas sobre el pueblo, delegados y embajadores para tratados comerciales y asuntos de guerra donde el ejército  mantiene el orden. Luis XIV   antes de morir dijo: «Je m'en vais, mais l'État demeurera toujours» "Me marcho, pero el Estado siempre permanecerá". No fue así.


Luis XV y su esposa Madame de Pompadour sabían que el desgaste del absolutismo basado en la monarquía hereditaria que ellos representaban entraba en una gran crisis histórica que cambiaría radicalmente el mundo moderno, el fin del Antiguo Régimen  iniciado con la Revolución Francesa en 1789. Luís XV adelantaba su pronóstico 1770 con esta frase: "après moi, le déluge", "después de mi el diluvio".

No hay comentarios:

Publicar un comentario